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7 poetisas Mexicanas - 7 poemas

  • Foto del escritor: Manu Hemingway
    Manu Hemingway
  • 7 abr 2019
  • 5 Min. de lectura

Las historias de la literatura y las antologías constituyen una selección de autores que gozan de prestigio en un lugar y en una época determinados. Las grandes ausentes tanto en las historias de la literatura como en las antologías han sido las escritoras, situadas en los márgenes del canon aún en este siglo XXI. En México, fuera de sor Juana Inés de la Cruz, la excepción por antonomasia, y de Rosario Castellanos, las demás poetas aparecen en las historias de manera dispersa y nunca como figuras centrales de corrientes, grupos o movimientos. Es cierto que cada vez se incluye a más mujeres, pero aún hay omisiones notables. [1]


La mujer como poeta, va más allá de un mero enunciar el mundo, se sumerge en él y se rebela utilizando sus mismas armas, haciendo a la poesía un catalizador social prescindiendo que cada persona que haya pensado en el origen, la naturaleza y las causas de su materia tiene su propia definición de la poesía, a través de esta búsqueda se descubre y se enfrenta uno como individuo, en ocasiones se percibe un oleaje de solitario al escribir o se siente una inquietud en donde la celda del silencio forzará la condición del poema más no su intención primaria; la ironía de expresar o alzar la voz mediante la poesía va ligada a intentar pasar más allá de sus celdas y sus muros, de escribir una obra vasta pero selectiva en la que se pueda transmitir el sentimiento más diáfano y en el que se lea el aroma y la sensación de vivir a través de las letras, para poder decir "Poesía no eres tú".





El criterio de esta selección prescinde de algunos poemas citados más por otros motivos que por su valor poético. La intención de los poemas citados en la de reivindicar la poesía de grandes escritoras que no han sido valoradas por su condición de mujer (en ciertos casos) y un tanto más por las cualidades que poseen. En su poesía se encuentran, viven su condición de mujer; es un tema que recorre el total de su obra pero siempre trenzado con otros, tensado por otros. En esta selección tenemos versos violentos, crudos, en ocasiones irónicos, dualidades y confrontaciones entre el amor y la muerte, la soledad continua o las posibilidades de verse como espejo o sombra, contrastes que alcanzan un eco de exaltación. Sin embargo, esto no genera una poesía difícil, oscura u oculta. El modo de adjetivar metáforas puede hacernos ver como transcurren ciertos fragmentos de vida que se reúnen continuamente.


No se puede poner en duda el valor universal de la obra de las escritoras mexicanas. Se debe seguir convocando y voceando su obra para que se inserten en diferentes espacios, cruzar fronteras geográficas y ponerlas en diálogo para que obtengan un reconocimiento aún en deuda. Solo así podrá romperse una inercia que ha dejado a muchas de ellas fuera de la conversación, arrebatándoles a los lectores la posibilidad de entender su visión del mundo y apreciar su arte, porque cuando insertan su mundo personal, logran hacer vívidos sus poemas, y es ahí donde la mujer está presente en toda la dimensión de la literatura.



XEL HA LOPEZ (1991- )


Ahora

estoy más tranquila

sangro

vivo, miro cómo sangro

mi cuerpo empieza a doler en partes

no he tumbado ninguna maldita puerta de esta casa

Estoy joven todavía

para tantas cosas

como tener miedo de que la gente haga cosas

de que la gente me mire partir y entrar a casa y sepa dónde vivo

de qué color es mi cabello y cómo lloran los cerdos

¡cómo lloran!

qué dolor tan semejante al sabor de la carne del hombre.

Mi hacha se llama dinero mi hacha se llama dólar porque todos la comprenden

Mi hacha es una amante rubia y amorosa, uh

No todos los brillos son iguales

No todo el dinero es maldito

No todos los hombres son malos y matan

No todo silogismo es acertado.



ELENA GARRO (1916-1998)


Me Acuso

Me acuso de ahogarme en el mar rojo

Mar de cólera

Mar homicida

Mar de sangre

Me acuso de ver rojo y de estrellar el

espejo de la fiesta

Astillas cintilantes

Puñales imprevistos

Me acuso también de la rabia amarilla

De perseguir al enemigo

De levantar el puente que permita su huida

Me acuso de darme demasiada importancia

y de amarme sobre todas las cosas.



MARGARITA MICHELANA (1917-1998)


Cuando Yo Digo Amor

Cuando yo digo amor identifico sólo una pobre imagen sostenida por gestos falsos, porque el amor me fue desconocido.

Cuando yo digo amor sólo te invento a ti, que nunca has sido. Y cuando digo amor abro los ojos y sé que estoy en medio de mis brazos vacíos.

Cuando yo digo amor sólo me afirmo una presencia impar como mi almohada. Cuando yo digo amor olvido nombres y redoblo vacíos y distancias.

Cuando yo digo amor en una sala llena de rostros fútiles y pisadas oscuras en la alfombra.

Cuando yo digo amor crece la noche y mis manos encuentran para su hambre doble y prolongada mi pobre rostro solo repetido por todos los rincones.

Cuando yo digo amor todo se aleja y me asaltan mi nombre y mis cabellos y las hondas caricias no nacidas.

Cuando yo digo amor soy como víctima. La inválida en salud. El granizo y la rosa paralelos. La dualidad del árbol y el paseante. La sed y el parco refrigerio. Yo soy mi propio amor y soy mi olvido.

Cuando yo digo amor se me desploma la ascensión de las venas. Sobreviene, un otoño de fugas y caídas en que yo soy el centro de un espacio vacío.

Cuándo yo digo amor estoy sin huellas. De porvenir desnuda e indigente de ecos y memoria.

Cuando yo digo amor advierto inútil la palma de mi mano ‒que es convexa‒ e increíble ese girar soltero del pez en su pecera.



ROSARIO CASTELLANOS (1925-1974)


Destino


Matamos lo que amamos. Lo demás

no ha estado vivo nunca.

Ninguno está tan cerca. 

A ningún otro hiere

un olvido, una ausencia, 

a veces menos.

Matamos lo que amamos. ¡Que cese ya esta asfixia

de respirar con un pulmón ajeno!

El aire no es bastante

para los dos. Y no basta la tierra

para los cuerpos juntos

y la ración de la esperanza es poca

y el dolor no se puede compartir.

El hombre es animal de soledades,

ciervo con una flecha en el ijar

que huye y se desangra.

Ah, pero el odio, su fijeza insomne

de pupilas de vidrio; su actitud

que es a la vez reposo y amenaza.

El ciervo va a beber y en el agua aparece

el reflejo de un tigre.

El ciervo bebe el agua y la imagen.

Se vuelve antes que lo devoren- (cómplice, fascinado)

igual a su enemigo.



CARMEN VILLORO (1958- )


Bajo Amorosa Sombra


Cúrame con tus manos, toca de mí el olvido que se fue acomodando entre los pliegues. No venga la tormenta a amordazar mis sueños, sólo esta lluvia suave, vespertina despierte en mí los pétalos dormidos. Desnúdame en silencio, hoja por hoja hasta dejar al descubierto el punto del estremecimiento. No debe haber estrépitos que vulneren la calma de mi piel tendida para ti como un estanque en donde sólo el toque de tus labios perturba la quietud. No quiero los platillos festejando con notas deslumbrantes la pasión de los cuerpos, ni los timbales ebrios apurando la noche; sólo la melodía de una flauta tenue pero sinuosa que adormezca con ritmo acompasado estos miedos que vas quitando al paso. Disuelve con tus dedos el dolor y sus máculas guardadas en rincones ocultos; que se adelgace el tiempo con tu humedad benigna hasta llegar al límite de lo que no ha sufrido magulladura alguna. Devuélvele la paz a mis palabras deseosas de ser playas donde arriben tus barcas sigilosas. Este amor en penumbra aluza más que el sol la gruta en que se había escondido una parte de mí, tal vez la más secreta. Acerca con prudencia toda tu voz, tus años, tu tibieza y cuídame despacio como una flor quebrada que revive por fin bajo amorosa sombra.



ELSA CROSS (1946- )


Amor el más oscuro I

Aquí comienzo a amarte, en estos muros clarísimos, en esta ciudad cálida al tiempo de las lluvias. (¿Dónde estás ahora, esta primavera tarde que pienso en ti? ¿Dónde estás, ignorándolo todo?) Aquí te descubro inalcanzable y triste. Dime qué pasos te trajeron a estas tierras, cómo abandonaste tu gracia de elegido, tu ministerio de humildad; qué suplicios te agobian desde entonces que violentan tu rostro y vierten en tu voz la nostalgia y la ira. Dime en qué forma eres vulnerable o ganas la lucidez en un momento. Qué caminos dejaste, qué expiación te vence y te despoja, qué caminos seguiste para llegar aquí, desconocido y hermoso, donde yo te amo.



PITA AMOR (1918-2000)

Me doctoré…

Me doctoré en masoquismos también en jurisprudencia me doctoré en la alta ciencia de fabricar silogismos

y de inventar espejismos Me doctoré en la vehemencia de saber que la conciencia sólo acelera los ismos

Me doctoré en teología también en melancolía Me doctoré en letras muertas

también en ciencias inciertas Me doctoré en el amor lo practiqué en Do Mayor.


By MaNu HemiNgway



Citas:

[1] Escritoras mexicanas:https://www.escritoras.mx/escritorasmexicanas/compendio

 
 
 

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