7 Poetas Mexicanos contemporáneos - 7 Poemas
- Manu Hemingway
- 28 jun 2019
- 5 Min. de lectura
La originalidad en la voz poética de los escritores mexicanos viene acompañada de una línea de tiempo que guardan los grandes movimientos y que radica en la poesía mexicana actual. Cada autor mantiene su esencia incólume en sus escritos que corresponden a la individualidad irreductible de su temperamento, su sensibilidad, su inteligencia, y claro, de su manera personal de asimilar y trascender una formación cultural y vital compleja que va moldeando cada creación de manera sincrética, del ajedrez y el dominó a la carpintería, y de la ópera a la vinicultura francesa y las mujeres y hombres (lo se de cierto).
Los 7 poemas que se presentan intentan de manera directa atestiguar ese diálogo riguroso sobre los temas de siempre las palabras y las cosas, el infortunio amoroso, la fatal futilidad de todo lo humano, la muerte individual y de la especie, las miserias morales y los impulsos bajos en general: el rencor y el odio, el placer redentor en que se crean las coyunturas estéticas y vivenciales para aportar una intervención original, sea desde el punto de vista del lenguaje o del significado, o sea, del estilo, la forma o del contenido.
Por otra parte, los poetas son conscientes de que su tarea consiste en operar sobre el lenguaje aún en su mayoría por descifrar. Los escritores disponen las palabras en un orden determinado y hasta pueden crear nuevos significantes, con lo que se oponen a la razón utilitarista que concibe al lenguaje como un mero instrumento comunicativo, menospreciando su riqueza expresiva logrando una entrega de sensaciones sin disociarlas donde todo gira con cálidos colores y a su vez interactúa en una relación dinámica y orgánica de la palabra, el sol rueda en cada verso.
Te dejo con esta selección de poemas que tienen como finalidad el que puedas adentrarte a los diversos paisajes de la poesía actual, todos ellos encabezados por el más grande de todos, Eduardo Lizalde, al que estoy completamente seguro que cada uno de los que aquí se describen lo tienen en lo más alto de los versos. Sí logras en algún punto hacerte cómplice del peso del silencio, es necesario un poco de canto, apoyado en la lucidez, en ese saberse inscrito dentro de una realidad difícilmente aceptable, una realidad mal cocida en ocasiones, que provoca la asfixia pero que, en los más inesperados momentos, convoca a la sorpresa y al asombro a través de una naturaleza circundante que tiene la capacidad de ofrecer todas las texturas posibles. Esa es la poesía.

Eduardo Lizalde
Bellísima
Y si uno de esos ángeles me estrechara de pronto sobre su corazón, yo sucumbiría ahogado por su existencia más poderosa.
Rilke, de nuevo
Óigame usted, bellísima, no soporto su amor. Míreme, observe de qué modo su amor daña y destruye. Si fuera usted un poco menos bella, si tuviera un defecto en algún sitio, un dedo mutilado y evidente, alguna cosa ríspida en la voz, una pequeña cicatriz junto a esos labios de fruta en movimiento, una peca en el alma, una mala pincelada imperceptible en la sonrisa… yo podría tolerarla.
Pero su cruel belleza es implacable, bellísima; no hay una fronda de reposo para su hiriente luz de estrella en permanente fuga y desespera comprender que aún la mutilación la haría más bella, como a ciertas estatuas.
César Cañedo
Jotuitero
La homosexualidad no se crea ni se destruye, sólo se encubre.
A mí que me rompan el culo, el corazón qué.
Todo cabe en un culito sabiéndolo lubricar.
¿Si tu ano no es cerrado, por qué tu mente sí?
Hay pájaros que nacen / con el pico en la cola / con el nido en los huevos / con el vuelo en reversa. La suerte de la obvia la discreta la desea.
Christián Peña
El Síndrome de Tourette
Fragmento
Por qué todo se repite.
En el principio fue el verbo
y luego nadie supo qué decir.
Por lo que sé, yo estuve en ese principio, pero quizás estuve en otro.
En ese principio alguien dijo: Hay quienes piensan que soy un farsante, que mi enfermedad no existe; que me encuentro cómodo gritando obscenidades a los cuatro vientos. Hay quienes piensan que sólo hablo el lenguaje de cantina y que no es cierto que la coprolalia sea un síntoma del síndrome de Tourette.
Otro dijo: Todos tenemos Tourette. Vallejo estuvo ahí y dijo: Yo nací un día que Dios estuvo enfermo. Vallejo dijo: Golpes como del odio de Dios. Vallejo dijo: El suicidio monótono de Dios. Yo lo sé, porque estuve en ese principio.
Mijail Lamas
Janis
…la muerte nos anuda la corbata
Livio Ramírez
El aire me desgarra, Janis,
tu voz me parte el rostro
y mi corbata es el signo de todos los ahorcados.
Restos de mí se van rodando por el suelo
y el filo de tu voz
hace explotar mi lunes en pedazos.
Sólo, Janis, me queda
el hambre de este empleado que mira con desprecio
el rostro de sí mismo en los cristales,
el hambre de una fábrica de angustias,
certezas de saber que en el futuro
nada podrá ir mejor
y que esta bandera enarbolada de la juventud
también se caerá al suelo
y el último refugio tendrá que ser la piel
o el alcohol solitario.
Janis,
tu voz es un cuchillo
que vibra en la garganta del dolor.
Pero ahora el silencio.
He llegado al lugar de los pequeños señores
y me apresuro a aniquilar
estas ganas de mandar todo al diablo.
Edel Juárez
Hielo de Cebra
Es tu imagen de ayer como lo será del mañana, mariposa de miel que explota en mis sueños, invades mi aliento con toda tu sombra, que frescas son las tardes dentro de tu boca. detrás de tus alas mujer, detrás de tus alas apenas ayer escondías bien tu infancia, que dulce saber que marca tu siempre lo que en un momento dude que pasara. hoy vuelvo a tu cuerpo como a mi recamara, y bebo tu aroma de mañana temprana, no quiero que pase, no quiero la tarde, esa tarde, en la que dejes de ser la caricia, la calma, hielo de cebra, calor de mis plazas, te busco y te encuentro, en cada palabra.
Balam Rodrigo
Antiícaro
Antiícaro , no quise yo volar , sino caer ;
por eso escribo , para dejar de soñar ,
para dejar el vuelo a los pájaros
y a la memoria ; pero heme aquí
con luengas alas urdidas en el polvo
del sueño y ataviadas con el plumaje
del tiempo sin el tiempo ; por eso escribo ,
para caer y apuntalar con estas letras
mi cuerpo y forzarlo a descender
en esta página , tatuada ya por el peso
todo de mi sangre ; y así , desleído
y cercenadas mis alas con el filo
de tus párpados , yace mi cuerpo
desangrado entre renglones , caído ,
terrestre , soberbio ; y aún señalado
por el dédalo de Dios y la niña de tus ojos
que trazan mi destino , antiícaro ,
no quieres tú volar , sino leer ;
Emiliano Aréstegui
Maldonado
Fragmento
XXIV
Miro al mar mirándose a sí mismo
Me siento junto a él y en silencio escuchamos
Cuando empezó a clarear dijo
-Va y viene, no he muerto. Ni siquiera he nacido.
Meciéndome, hamaco las almas de los muertos.
No duermo, nadie duerme, es imposible dormir.
Soy el mar insomne furioso vigía de mí mismo.
Soy el mar los sueños todos, el canto de las almas, las penas de los muertos, la impotencia de los desparecidos.
Un monstruo obsesivo.
Soy el mar, me miro y me conozco.
Soy desde un principio el mar y antes de saber ya era.
Todo seguirá volviendo al mar.
En mí nace y muriendo seguirá.
By Manu Hemingway
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